jueves, 28 de abril de 2016

Los Bonsáis del Real Jardín Botánico de Madrid (3)

LAS CONÍFERAS
 
Las coníferas son sin duda las reinas de la colección de Bonsáis del Real Jardín Botánico de Madrid. Aquí las tenéis. He omitido los bosques que ya publiqué en una entrada anterior.
 (Las pequeñas mallas verdes que cubren la tierra tienen la función de proteger las raíces de los mirlos y otras aves, que gustan de escarbar en el escaso sustrato de estos pequeños tesoros en busca de lombrices.)

Alerce europeo, Larix decidua, con su nueva brotación primaveral. Es una de las pocas coníferas de hoja caduca.

Mismo alerce visto desde otro ángulo.

Tronco y corteza del alerce.

Brotes nuevos de un intenso color verde.

Cedro azul de la cordillera norteafricana del Atlas, Cedrus atlantica. En su estado natural es un árbol imponente, majestuoso, un porte y una apariencia que han sido logrados en este bonsái.

En las montañas del Atlas a veces soplan vientos huracanados que resquebrajan las ramas, circunstancia que ha sido muy bien lograda en este ejemplar, como se puede ver en la parte alta del tallo.

El intenso color verde-azulado de las acículas es muy llamativo.

Enebro chino, Juniperus chinensis, con la madera descortezada y envejecida, simulando su aspecto real en la naturaleza.

Detalle del tronco envejecido.

Hojas diminutas en forma de escamas aplicadas al tallo de los brotes.

Enebro de las Pagodas de China y Japón, Juniperus rigida, con su amplia base descortezada y envejecida.

Madera descortezada y envejecida y raíces expuestas.

Hojas en forma de finas agujas punzantes y la brotación primaveral.

Aquí tenéis este video grabado por mi amiga Matilde en el que se ve el Enebro de las Pagodas.

Picea del Japón, Picea glehnii, con una amplia copa cubierta de brotes primaverales.

Está ramificada desde la base.

Los brotes dan un aspecto muy tupido a la copa.

Detalle de las acículas y los nuevos brotes.

Pino rojo japonés, Pinus densiflora, con su tronco inclinado y retorcido batido por el viento.

Tronco del pino rojo japonés.

Acículas y nuevos brotes primaverales del pino anterior.

Pino blanco japonés, Pinus parviflora var. pentaphylla, iniciando la brotación primaveral.

Aspecto retorcido con una gran base de sustentación.

Brotación primaveral.

Detalle de las estróbilos masculinos cargados de polen con su bonito y vistoso color rojo.


Otro pino blanco japonés, Pinus parviflora var. pentaphylla. Es un ejemplar bellísimo. Se ve muy oscuro porque el sol de la mañana le daba en la otra cara y sólo era posible fotografiarlo desde la cara oscura orientada hacia el oeste.


Gruesa base con dos troncos.


Ramificaciones del tronco.


Acículas y nuevos brotes primaverales, ligeramente más adelantados que el ejemplar anterior.

Pino albar, Pinus sylvestris, que en su estado natural puebla grandes extensiones europeas.  Este bonsái simula un ejemplar nacido en la cima de una montaña batida por los vientos.

Mismo pino albar visto desde otro ángulo.

Copa y acículas del pino albar.

Otro bonsái de Pinus sylvestris, con el tronco retorcido por los vientos.

Detalle del tronco del pino albar anterior.


Otro pino albar, Pinus sylvestris, inclinado por el viento.

Base radicular y tronco del pino albar anterior.

Pino negro japonés, Pinus thumbergii, con las raíces expuestas.

Detalle de las raíces.

Acículas y brotación primaveral.

Pino negro del Pirineo, Pinus uncinata, fuertemente anclado en el suelo para soportar el embate de los vientos. Muy bien logrado su aspecto natural.

Fuertes raíces en forma de pata de garza que le dan estabilidad.

Tronco y sus ramificaciones.

Pequeñas acículas con las yemas a punto de brotar.

Tejo europeo, Taxus baccata, con su intenso color verde oscuro aturquesado.

Tronco grueso y muy corto del tejo europeo con las raíces expuestas y extendidas en forma de pata de garza para darle estabilidad.

Hojas dispuestas en un solo plano del tejo europeo.



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